HOMBRE LIBRE Y FELIZ

DIARIO DEL GALLO No 71


JUEVES 14 DE OCTUBRE 2010

QUE ES SER FELIZ POR ENCIMA DEL CUERPO ESPIRITUAL Y ESTADO MATERIAL DEL ESPÍRITU

LA VIDA NO SE MIRA POR EL HUECO DE UNA AGUJA PORQUE SE ENTRA EN LA MAS NECIA TERQUEDAD. 

Aclara, nace un día.  Brilla el sol.

Seguramente las habitantes de este mundo venimos listos con dos o tres chips: uno determinado, otro listo para rellenar de información y el tercero para desarrollar lo que somos y deberíamos ser.
Pasamos muchos años dentro de un período de letargo.
Pasarán años de niñez y juventud mientras encontramos el propósito del ser.  Mientras pasamos del estado de extensa inconsciencia a tocar la puerta de la razón, (ser realmente hombre o mujer).
Es difícil no observar la vida a través de ese vidrio con códigos y normas sociales con el que crecemos.
Esto complica la posibilidad de ser feliz.
Entonces son la memoria y experiencia la mejor arma para subsistir.
Desde ayer me he sentido satisfecho, contento y albergo un saludable síntoma de alegría y de eso es que quiero hablar.
Me he quitado varios caparazones de encima y pienso que hallar felicidad, adquirirla, es un proceso.
Liberé ideas y pensamientos de aquello que me ata a ser un ente más de sociedad.  Me explico: liberé el peso de oficios, tareas, quehaceres y obligaciones materiales que impiden gravitar.
Liberé así mi primera mitad.
Quedaba luego liberar el espíritu, la segunda mitad, de su apego terrenal: lograr que cuerpo y espíritu se distancien del sistema social.   
Aquí desclava uno el gran puntillón que bloquea sentir felicidad: ´la estimación interior sobrepasa el límite de la subestimación exterior´.
Es decir, he ido más allá de la competición y tradición pasando el límite de resistencia, valor y voluntad.
Lo que insinuó acá es ser único dueño de mi felicidad sobrepuesto a energía y universo.
Sentirme yo es estimar lo que soy, aquello que sé y que puedo ser.
La respuesta a si uno puede ser feliz algún día es evidente: levantarme con la firmeza de ayer y hoy.
La realización es algo personal.  La bendición no se puede canjear.

Oscurece, muere un día. Brilla la luna. 


Oscar Darío Velásquez Lugo
14-10-2010
Amsterdam


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