sábado, 30 de diciembre de 2017

EL RETO DEL AÑO

'No hay muerte más desesperante que dejarse caer en el olvido'

Hacia tiempo no entraba por acá a visitarte, con la muerte uno se olvida de la existencia porque la materia vale cada vez menos.  Poesía eres tan grande como el más sublime de los sueños.  Inalcanzable y celosa cuando el poeta deja de tenerte, sentirte y frecuentarte.  Las palabras son la herramienta como la harina del panadero, son ese algo que muchos dejan de comprender por pereza, porque la mente se encierra y prefiere encerrarse en el olvido.  Yo no quiero ser poeta graduado, yo no quiero ser como nadie ni pretendo ganar títulos ni etiquetas.  Mi poesía es libre como un huracán cuando no le importa el viento ni se desluce por complacerlo.

El RETO DEL AÑO


30 de diciembre.  
Lanzose el día desde la más alta cúspide 
Hacia el frondoso bosque del nuevo año
Como el reto de un cóndor ensimismado, 
Peregrino que reconoce su vuelo pero no su destino
Y el sapiens, con su contrariado paso, ilusionado enano sigue tras el del brillo del diamante
Tics tacs.  Las horas indomables dirigen la carroza al cementerio donde no se salva nadie
Pasan los 365 días, el ciclo que entre lágrimas se funde.
Tristezas, penas, glorias y alegrías apapachaditas de la mano. 
Volverán las ilusiones y el sollozos…  resplandecerá en mil colores como flores primaverales
Seguiremos de tránsito tropiezo tras tropiezo, el camino nos sigue aguantando.
Como ayer, los retos serán huellas universales.
Idealizaremos juntos un horizonte cristalino
Tejeremos memorias imborrables que se abracen con el tiempo.




Oscar Darío Velásquez Lugo

30-12-2017




//////////////////

jueves, 14 de diciembre de 2017

BROTAN LOS COLORES DEL INVIERNO


DIARIO DEL GALLO
JUEVES 14 DICIEMBRE 2017

BROTAN LOS COLORES DEL INVIERNO

Fotos, muchas fotos dejó está primera tormenta de nieve, pasajera como todo lo que hace el tiempo.  Recuerdos que enmarcarán el fin y comienzo de un año que ya se nos vino encima, el 18. 
Esta mañana cuando salí de casa sentí que el mundo volvía a su normalidad, como si el parque, las callecitas, taciturnas por el frío de invierno y los canales de la pequeña metrópolis volviesen a despertar,  como si cada cada árbol, bici, auto, escapase de ese manto de nieve que por momentos hacia pensar que estábamos sin horizonte. Y Bueno, no por causalidad, en el patio aparecieron de nuevo los pájaros típicos del barrio, que hoy saltan de ramita en ramita como niños llenos de amor y libertad. 
Pocas horas han transcurrido y mi mente trae los recuerdos de hace 2 días como si fuesen meses.  Menos mal que en mi perseverancia pienso, ahhh, llegó el verano! A sabiendas que aun no dejo de sacudirme los restos de hielo y agua estancada que me salpica de autos y bicis afanosas.  Lo cierto es que entramos en la recta final hacia la navidad.                                                                                        Y como todo vuelve a la normalidad, me dirigí a mi estudio a grabar el sonsonete de clarinete de una canción que en mi mente comenzó sonando  a Cumbia, pero que con cada acorde y armonía, fue auto alimentándose hasta que llegó al punto de convertirse un 'Merengue Colombiano'.  Esto no es sorpresa, pero si un choque que uno enfrenta cuando se pone en la tarea de crear.  Algo que caminó solo y que ya no tiene vuelta atrás.
Siguiendo mi camino.  Renacimos todos.  Renacieron los colores cotidianos, el verde limón de las aquellas matas plásticas que no parecen permutar.  Brota el ocre de oxidado avivado de hojas caídas y su gama, el ocre que tira a café oscuro de cadenas y metales desgastados y sin pintar.  A lo lejos brilla un azul gris cielo cuando sale el sol, ese color que uno sabe, arrastra nubes indecisas, y el negro que no puede faltar, de ropas y abrigos que nos trae cada invierno sin más ni más.

Oscar Darío Velásquez Lugo


14-12-2107/
Amsterdam

--------