jueves, 24 de septiembre de 2020

DIOS ERA UN BACÁN QUE SE DIVIRTIÓ CREANDO PARIENTES TERCOS



TERCOS POR DECENDENCIA DIJO FLORINKO

Florinko se sentó a la orilla del mar.  Allí se quedó absorto.  El ruido del mar lo trasportó. El mar era el refleojo de una grandeza.  Y entonces el ser? pensó

Miró lo más lejos que pudo.  Olía a sal, a mar seviche, pensó en un aroma fétido, distinto, Dios, se dijo.

Sus ojos se metieron al mar.  Nunca se supo de Dios, o mejor no se supo los gustos ni las preferencias, la religión.  ¿mmm, cuál es verdadero sexo de Dios... hombre, mujer, trans?. 

Imaginó las  Escrituras.  Entre las muchas cosas se le ocurrió darle luz, darle aire a Adan y llenar los pulmones de Eva. Que terquedad.  Creó a todos los seres como se le vino en gana. Adán y Eva aprendieron rápido a llevarle la contraria.  Se hicieron los sordos e hicieron de las suyas.  Si, así es como fornicaron hasta morir y nos dejaron como herencia su máximo pecado, el 'sexo''.

Florinko, movió la cabeza como diciéndose que no, 'imborrable acto convertido en pecado y pena.

Pensó que entre los propósitos nobles de Adan y Eva al emparentar, después de revelarse sus sueños y experimentar sus deseos carnales, estaba el de unir a lo seres humanos.  

Demostrar aquel ♪♫ amor idílico con el todos hemos soñado ♪♫. 

Siguió ido.  En su mente apareció la imagen desconocida de un hombre envejecido, Noé.  Suertudos, se dijo sacando pecho.  También este nos ha salvado de la extinción.  Imaginó presenciar la catástrofe... un movimiento brusco de la Tierra inundaba todo a su alrededor.  Se vió sentado en el barco gigante junto a Noé quien apresurado puso a salvoa tod el mundo.

Le llegó la hora después Moisés.  Estabamos hundidos en el pecado de nuevo.  Que pena con él, se dijo. Seguíamos con suerte y este intercedió.  Dios apareció frente a él, -sin radio, sin tv, sin teléfonos, sin internet... Lo encontró, habló con él.  El mundo y los seres eloquecen. 

Apareció de nuevo el sexo, más sexo y se sintió dormido en un muladar, pura banalidad. Aprendimos bien la leción, somos los hijos de la terquedad.

Entonces, el ruido de un par de gaviotas peleando le hizo volver la mirada.

Florinko pensó, la Hermandad Cristiana ha sido puesta a salvo varias veces. 'Que sigamos unidos, que así somos más'.  Sonrojó.

-Tercos de la chingada. Mientras unos buscan equilibrio y buscan salvación otros van detras de la corrupción.

Oscar Darío Velásquez Lugo

24 septiembre 2020