domingo, 21 de noviembre de 2010

INYECCION DE MORFINA

DIARIO DEL GALLO No 84
DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE 2010

UN CASO DE EUTANASIA

Repito ´donde manda la terquedad no hay cabida a la razón´

-Yo misma propiné la última dosis de morfina.  En realidad fue una sobredosis.  Después de varios días en estado vegetativo decidimos duplicarle la porción.  Murió de un infarto cardiaco el 30 de Diciembre de 2009.
Yvonne, rubia de 65 años, ojos azules y de corta estatura, que aparentaba 45 en vez de los 65 años de su verdadera edad, estuvo casada 35 años.
Según ella, el matrimonio con tres hijos fue algo ejemplar.  El trabajaba en construcción.
-Usted sabe, un albañil de la época de la post guerra.  En ese entonces construyeron edificios con asbesto, una sustancia cancerígena utilizada para edificar.  Comió mucho de ese polvo en las demoliciones.  Esa fue la causa fatal de la enfermedad de pulmón hasta que falleció.  Hoy ya nadie puede reclamar porque las empresas cerraron o quedaron en quiebra.
Me quedó el apartamento y la casa de vacaciones en Turquía.  Decía que rehiciera mi vida.  No debería estar sola por mucho tiempo.  Y así lo hice, desde Octubre tengo un amigo: una relación tardía con un señor de 75.
Me ha entrado duda y no se que plantear.
Al principio cuando la veterana relató la historia me pareció un caso normal.  Observé sus ojos claros tratando de hallar un poco de aflicción, pena y dolor.  Pero rápido concluí que este era un caso típico de practicidad.
Hoy le he dado más vueltas al tema y con más distanciamiento sigo pensado, que más que un caso de un bondadoso corazón, más que un acto compasivo, la diligenciada inyección acto de la eutanasia conyugal, es un homicidio calculado muy bien camuflado en un acto de piedad.
Esta vez aspiro estar 100 ciento errado porque esto sería la perfecta excusa de mi humanidad.
 

Oscar Darío Velásquez Lugo
21-11-2010
Amsterdam


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