lunes, 30 de agosto de 2010

REVOLUCION DEL COMPUTADOR

DIARIO DEL GALLO No 59
LUNES 30 DE AGOSTO 2010


LLEGADA DEL ORDENADOR

Hoy me levanté con tres frases que voy a resaltar: la primera, un diario es una bola mágica que refleja horas del pasado, nos lleva divagando en el presente y decolora años del futuro.
La segunda tiene que ver con el paso del ser por este mundo, que convertido en camaleón cambia su estado y regenera diariamente sus creencias.
La tercera es de lo que dejamos o no de hacer porque nos invade el temor, miedo, porque estamos desacostumbrados a dar un paso en falso y al contrario, queremos sólo lo premeditado.

Recuerdo el día aquel que compré mi primer ordenador, por cierto hoy en día un tema de chiste, risas y carcajadas que repito en las fiestas donde veo la oportunidad de recontarlo.

Para la gente hasta no hace mucho tiempo, (incluidos nuestros padres y abuelos nacidos antes de 1950), el ordenador es un bicho extraño.  Sin ir muy lejos, a mi propia madre por ejemplo, esta cabezote cuadrado no sirve sino para estorbarle en la sala.
Recuerdo que para el público, confrontar las revelaciones de estos organismos misteriosos, de los que me aseguraban tener memoria propia y guardar datos codificados, era como dar pasos hacia un mundo desconocido.
Yo mismo, hace 30 años interponía la palabra computador con cosas de la NASA, astronautas y viajes al espacio.
Las primeras andanzas fueron verdaderos choques con este revolucionario artefacto.
Como todos, empecé de cero.
En ese tiempo comprar el ordenador significó reemplazar la típica máquina de escribir, con la cual yo tenía mis conflictos porque era imposible corregir sin retachar una palabra.
De hecho, mis errores era descuidos, pues a pesar de estudiar un año mecanografía, solo dominé esta técnica al 75 por ciento.
Quiero confesar que yo no tenía la mínima idea de lo que era sistema operativo Microsoft  DOS y mucho menos Word, Excel y otros programas hoy genéricos civilizados en la cabeza de cualquier principiante.
El tema de la risa es que cuando fui a informarme sobre estos aparatitos que aceptaban cualquier cantidad información. cuál era el que a mi más se adaptaba?.
Como no haberlo previsto, el vendedor olió en mi la sangre de la víctima.
Su respuesta fue clara: tengo éste de 1000 florines, (500 euros de ahora), hasta éste de 2500.
Yo no entendía la diferencia.
Cuál es el que usted me recomendaría?, pregunté dándole pie de nuevo a esa bestia mercantil para que devorara otro pedazo de mi pierna, exactamente donde tenía el bolsillo con la plata.  (En menos de seis meses supe que necesitaba un computador con mayor capacidad y de memoria más rápida).
-Para qué necesita el ordenador? dijo.
-Necesito escribir un libro de 100 páginas.
-Perfecto, acá tengo el computador apropiado.
Me dirigió hasta otro sitio lejos de la entrada.
-Tiene 4 MB de disco duro!  En esta memoria puede almacenar más de 10 libros y de más páginas.  Además puede corregir, borrar y sobre escribir, etc.
Yo no podía de la felicidad.  En mi inocencia había dado en el punto exacto.  Concluía el atraso y daba nueva perspectiva a mi proceso evolutivo.
En las fiestas me repiten y preguntan: Cuántas Gigas fue que dijo tío?, de cuánta memoria fue su primer computador?
-Yo no hablé de Gigas, digo en tono serio y chistoso.  !Yo dije 4 Megabytes!.
Tiempo de los cavernícolas.
Ahora es obvio que mis familiares se volteen de las carcajadas pues con 4 megabytes de memoria no se puede almacenar ni una foto y mucho menos bajar un video que es la moda.
Como pasa el tiempo de rápido, hoy me sigo riendo de lo mismo.
Me he sentido más civilizado al pasar de Megas a Gigas y hoy la famosa era de los Terabytes.
La risa regresa al imaginar mi rostro en una tienda, repitiendo la misma escena cada vez que sacan un computador más rápido al mercado.
- Para qué necesita su computador nuevo?
La estrategia de venta no cambiará en 50 años.

  



Oscar Darío Velásquez Lugo
30-08-2010
Amsterdam


---

No hay comentarios: