sábado, 21 de agosto de 2010

EL MUNDO DEL IDIOTA

DIARIO DEL GALLO No 55
21 AGOSTO 2010

EL MUNDO DEL IDIOTA
´La persona que se entrega al consumo abandona su espíritu y regala su consciencia social´

Reconocido hombre de sociedad era este idiota.  Nacido en un país de maravillas científicas, el idiota llegó a estar tan poseído que pasó la barrera de lo comprensible, tolerable e inhumano.
Comenzó su éxito en los negocios cuando compró una red de internet y su salto fuerte en las finanzas lo dió en el 2000 con su primer banco en Ginebra.  El dinero fluía de sucursales en cada capital y al introducir un sistema virtual de prenderías y casas de préstamo.
Después se asoció con multinacionales de seguros.  Pasó de negociante a empresario.
Involucrado en el medio ambiente, cultivó 200.000 hectáreas en 180 países alrededor del mundo, un plan a 30 años que tenía que ver con la venta de oxigeno.
Metió mano en la farmacéutica y manipulación transgética donde vaticinaba rentabilidad.  Así fue como ordenó producir medicamentos con etiqueta genérica a precio de huevo.  Los fruteros fueron remplazados por frascos de pastillas y multivitamínicos.
La vida la pasaba en el negocio, por lo que inventó la teoría del Cosumo Masal.  Se rodeó de asesores comerciales porque su objetivo era invadir el mercado internacional con productos de su propiedad. Quería ser dueño de todo, ser el único distribuidor mundial.
Todo lo que tocaban su manos cambiaba, parecía mago. Era un personaje muy audaz y muy capaz.
Se llenó de hobbies.  Se volvió coleccionista de arte y personaje de museos.  Su filosofía era la ganancia y como había estudiado politicología, conocía de memoria la ley internacional.
Sus negocios vendían como pan.  Compraba café brasileño, cobre de Chile, yacimientos de oro en el Perú, oro que fundía en lingotes de a 20 kilos y sacaba con permisos y documentos firmados por el mismo presidente de la república, de Colombia extraía carbón luego de asociarse a un gobernador de la Guajira.
En Venezuela refinaba petróleo que luego enviaba a sus bodegas en Amsterdam y Frankfurt.
En Angola explotaba diamantes,En la China fabricó satélites y elaboró alimentos plásticos que el mundo se desvivía por comprar.  Allí ensambló autos que luego vendía a franceses e italianos.  Las casas se fueron llenando de lavadoras, televisores, equipos de sonido, magnetrones, ollas, asientos, muebles, losa, ropa.  Todo salido de la china.
En Argentina engendró su propia raza de ganado bovino que luego vendía como ganado biológico en supermercados desde Nueva Zelanda hasta Manhattan, desde Alaska hasta la Patagonia y de Rusia hasta Japón.
La avaricia lo llevó a la  manía y luego quiso sobornar a todo el que se le pasaba por delante. De modo que a veces actuaba de manera menos lícita.  Fue dueño empresas de militares, negociaba con misiles, submarinos, buques y plutonio que traía de la Unión Soviética y vendía a taiwaneses, árabes y pakistaníes.  A los turcos compró fletes enteros de opio y acaparó su venta en Nueva York.
Suiza y Panamá fueron el nido donde amasaba fortuna.
La abundancia enaltecía su idiotez.
Pero no dormía por leer estados financieros y pronósticos de sus acciones.  Por mucho tiempo el idiota no despegó ojo de la red.
Y entonces, se preguntan todos, por qué le decían idiota si era tan vivo para capitalizar?.
Lo de idiota llegó 50 años después.  Estábamos en el 2050 cuando la gente descubrió que acaparando medio mundo, este idiota consumió la historia y aniquiló el medio ambiente.
Los seres del planeta fueron simple objetos de comercio para él.         



Oscar Darío Velásquez Lugo 
21-08-2010
Amsterdam



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