sábado, 17 de julio de 2010

INGRID BETANCURT

DIARIO DEL GALLO No 40
JULIO 17 2010

LA ESPALDA DE CARA A LA TRAICION

Este será catalogado como el colmo del siglo.  De eso podríamos estar seguros.
No solamente hay ridiculez en un reclamo desatinado sino también descaro, deslealtad y desfachatez.  A Ingrid no se le ha borrado el rabo morado producto de tantas bancas en las que sentó sus nalgas por tantos años en su provocado cautiverio y ya demuetra brotes de su interna cólera.
No desearía la muerte a nadie y menos si no lo mereciera pero debo admitir que a veces cuando pensaba en ella amarrada a una árbol, me daba lástima, y agregada a tanta falsedad alrededor de su presencia en esta tierra, pues prefería, que mejor no volviera a tocar las puertas de esta llamada civilización....
Los intereses de Ingrid son una deficiencia psicológica interna que no va a saldar ni hasta después de su muerte.  Detrás de Ingrid no hay la personalidad una gran heroína.  En su carácter existe el vacío y la perdida.

Su energía cósmica no gira con la mía.

Al revés le pasa a uno con otra gente, pero con ella, no he podido sacarme la espinita.
Hoy menos porque renace aquel espíritu moribundo fotografiado en la jungla, hoy menos que vuelve a ser protagonista, hoy menos que retorna con ambición a dar la cuchillada.
La traición no ha pagado su pena.  Doscientos años de independencia que nos llevan al mismo sitio de partida y a ganar la nada.
Mujer violadora de leyes y milicia guerrillera, que perpetró con hipocresia la virginidad de la jungla colombiana.
Sigo afirmando, el humano es la más asombrosa y peligrosa bestia: capaz de maniobrar en la agonía, naufragar en la codicia y de premeditar un asesinato sin mostrar evidencias.
La moneda de esta Ingrid tienen tres caras.
Igual y como si nada borró el tormento por el que pasó tantos años.  Hoy vuelve y olvida que es simple como el agua, fragil como el más común de los pétalos, que los títulos no representan nada sin no hay gente ignorante que los reconozca y que el cuerpo no es ni divino ni sagrado.

 
 Oscar Darío Velásquez Lugo
 17 julio 2010
Amsterdam


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