martes, 16 de junio de 2020

LA VACA CAGONA

LA VACA CAGONA (micro fábula)
Apacentaba una vaquilla en una parcela a las afueras de Ámsterdam, -era chiquita y tetona, gomosa, soberbia y muy celosa, que lo único que hacía era darse ínfulas, tragar y engordar.
El prado esmeralda despedía rayos, por lo que atrajo a un rebaño que arrimó sin reparar que ella, tajante egoísta, no se disponía a igualarse y menos a racionar su apetitoso manjar.  Más que ella y otras de especie, allí nadie podía pastear. 
Enloquecida y sin contenerse, lanzó un fuerte ataque.  Pero su furiosa embestida, a la vez que zarandeó sus inmensas ubres jugositas ya listas para ordeñar, causaba cero efecto.
Encolerizada corría de un lado para otro sin que a las inmutadas ovejas lograra dispersar. 
Entonces, bramó y emitió desesperados alaridos hasta atraer a una docena de vacas lecheras que vinieron a juzgar.
-Si no se van… si el pasto no es para nosotras, no es de nadie, una rumiante musitó.
Entonces cagaron cada metro del pastizal hasta no dejar espacio libre.

Moraleja:
El celo, egoísmo y la envidia enraizado en las costumbres carcome al más bello de los seres.  Con frecuencia los humanos prefieren destruir antes que ayudar a construir.  Es parte de la moda social la idea de la superioridad, el denigrar; inyecciones de veneno y el hambre de hipocresía saltan en las redes sociales; no evoluciona aquel (lla) que con sus actos a su prójimo niegue bienestar.    

Oscar Darío Velásquez Lugo
16 junio 2020
Amsterdam

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