DIARIO DEL GALLO
SÁBADO 17 DE OCTUBRE
Ay, cuando uno es niño.. las maravillas que a uno se le ocurren no tienen comparación... que bello es el mundo cuando uno lo ve con los ojos de la inocencia... con la mente limpia y sana de infante.
Cuando yo era niño anhelaba que pasara el tiempo rápido y ser adulto. Ser doctor, tener un auto, una familia numerosa, irme de viaje... conocer ese mundo que admiraba tanto.
Cuando era niño no podía evitar reflejarme en los mayores como ejemplo. Si me llevaban al estadio de fútbol pensaba en ser arquero, me veía goleador y admirado. A veces, en soliloquio, me hacia pasar por uno de mis hinchas y hasta firmaba autógrafos. Si pasaba por un hospital, me enredaba en el tema de ser médico, imaginaba ir vestido de verde claro... con esas gafas especializadas que usan los cirujanos.
Todo niño sueña con automóviles, aviones y aeropuertos. Entonces me ponía gorro de piloto o de astronauta y mi mente volaba lejos. Pasaba los Alpes, el ártico o daba vueltas al planeta y visitaba lugares que inclusive hoy aún ni conozco.
Recuerdo a mi abuela, ella me paseaba por el centro y cuando pasábamos por la plaza de Bolívar, montaba en su caballo blanco y soñaba de gobernador o alcalde. No debo negar, como ocurre a otros niños, pensaba en subir a presidente y poder influenciar leyes y tomar decisiones que importasen al resto del mundo.
Es más, cada vez que el ego se me disparaba, me hallaba en un salón con los grandes pensadores de todas las naciones.
Nada extraño dirán muchos. Igual, imagino pensaban las niñas de aquella infancia inolvidable. Seguro que también ellas fantaseaban con ideales semejantes, el periodismo estaba de moda, ganar el trono de Miss universo o llegar a estrellas de cine, (Marilyn Monroe era entonces un símbolo de impacto mundial).
El paso de los años fue intercambiando cada imagen. Fue la adolescencia la que me ayudó a despertar de ese insensato letargo. Comencé a deambular en la realidad de un mundo hostil cuyo común denominador es la guerra y en dónde no hay 'castigo divino' como tal y en dónde los justos pagan por pecadores.
Vivir en este Siglo Digital se ha vuelto insoportable. Saben.. hoy ya no confío en nadie y cargo con mi consciencia para todas partes... hoy nado con mi ética y mi moral en contra de esa corriente sucia y avasalladora de dirigentes psicóticos que juzgaba diferente.
Nada es como lo había pintado. Flotamos en burbujas de plutonio maquillado. Este mundo es del 'sálvese quien pueda'. Lo demás es una humillación, un invento babilónico del ser crucificado.
Oscar Darío Velásquez Lugo
18-10-2015
AMSTERDAM
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