Nuestras discordias
tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad
pública: la ignorancia y la debilidad, Simón
Bolívar
Nada cambia más que la fecha en los calendarios
Me tocó despedir este año, atrás se quedan lágrimas y llanto de tanta
gente que ha sufrido. Atrás se queda la
tristeza, la pesadumbre que zumba, esa silenciosa monotonía que retumba entre cada
recuerdo nefasto que nos deja este año.
Más muerte, más Guerra.
Nada cambia en la mentalidad de aquel hombre, (Viejo zorro o lobo marino)
que finge ir en busca de pagano(a)s mientras llena sus arcas.
Este año cayó hasta el desprecio el precio del petróleo colombiano (sin
embargo, las multinacionales extranjeras no paran de bombearlo y de América entera,
en Colombia misma es donde el ciudadano paga más caro, así de ridículos
quedamos). De Irak lo raptan para traficarlo.
Están felices los contrabandistas con los colombianos que pagan sus créditos
bancarios o propiamente dicho, las estafas financieras. Yo tampoco entiendo a Bolívar, pero me quedé
pegado a algunas de sus inteligentes frases.
En todo caso con o sin G. Márquez, el truco del espejito sigue funcionando.
No hay todavía un país que cambie arroz por oro, prestigio por igualdad.
Dejaré este año pensando que es mejor no soñar tanto.
Occidente marca el ritmo y las economías danzan mientras se triplica la
pobreza. Ellos mantienen el bienestar y poder por eso la palabra PAZ no es más que solo tres letrecillas. A los monarcas les
importa la paz en sus latifundios el resto será sometido con absoluta rigurosidad a obedencer.
Yo
ya entendí que hablar de democracia y de derechos es solamente de países imperialistas. Lo que no entiendo es porque el derecho a la auto determinación, la libertad, y soberanía que dentro de sus países aplica lo quebrantan estos traficantes milenarios occidentales cuando hablan de lo extranjero. Es el egoísmo lo que le hace nacer el deseo de superarse. Adentro de sus casas son honestos, cuando se trata del derecho ajeno, el del extranjero ya la cosa cambia, entonces se convierten el feroces hienas hambriadas de poder y lujuria. Todo para adentro nada
para afuera.
Llega un nuevo año. Saludo a todo
aquel que con su apoyo ha sabido alimentar mi alegría.
Amigo(a) se nos fue esta vaina sin poder asegurar un saldo favorable para la humanidad.
Y bien, mi último saludo para los taitas, los mamos koguies
y arawacs allá en la sierra que tanto tiempo me estuvieron buscando y pues que este año por fin me encontraron.
Mi mensaje es claro... seguiré mi camino, el rastro no lo he perdido.
Ate,
Oscar Darío Velásquez Lugo
Oscar_Muixcatone
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